Sí, los límites se van abriendo y las hendijas son cada vez más grandes. Los espacios diminutos por los que espiábamos la libertad se van agrandando y ya la divisamos en el horizonte. Aquello que tanto anhelábamos está bien en frente de nuestros ojos. La visión nos permite distinguir los colores; las formas aún no. Está todo predispuesto para que la liberación sea total: el encuentro con los sueños es casi una realidad…
Sin embargo, por esas cosas inentendibles de la esencia humana, y quizás por haber pasado tanto tiempo en penumbras, todas nuestras energías y ansiedades están puestas en esos bordes irregulares que nos recortan el amanecer de nuestra vida, y no en el mismo inicio del día que se asoma.
Paradójicamente, mientras más nítidos son nuestros límites, más borrosos son nuestros sueños; mientras más perdurables son nuestros márgenes, más efímera es la posibilidad de concretarlos. De esos oscuros marcos conocemos cada detalle, pero mientras más nos centramos en ellos, menos es el tiempo que tenemos para ser libres.
Deseamos eternamente con un nuevo día; ahora que está enfrente, corremos el serio riesgo de dejarlo pasar… ¿será así?
2 comentarios:
Son etapas de la vida y depende en que etapa nos encontremos es como actuamos.
En mis largos 70 aún no sé la respuesta.
Recuerdo en mi niñez los tiempos eran otros, los días interminables.Quizás porque solo teníamos que jugar.
Después se fueron acortando a medida que avanzaba nuestra responsabilidad en la vida.
Te digo que hoy para mí el día tiene segundos y tengo que aprovecharlos todos a full.
Me gustó tu blog y tu propuesta.
Me hicistes pensar, y eso es bueno.
Un abrazo.
Me alegro mucho Otonio que te haya gustado el blog y que te haya serrvido para reflexionar un poco... es muy gratificante saberlo! Saludos!
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